Programar la formación de manera independiente puede ser complejo, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes) y las microempresas.
Tanto la gestión como la impartición de acciones formativas pueden suponer un consumo de tiempo y recursos para las empresas. Esto es especialmente relevante cuando los recursos propios son limitados o los trámites administrativos son complejos.
En ocasiones, la falta de perfiles especializados en formación o recursos humanos en la empresa dificulta aún más que la empresa pueda:
En este contexto, la cooperación y la colaboración entre empresas, a escala sectorial o territorial, y la participación de otros agentes del ecosistema de formación profesional (como los agentes sociales o las distintas administraciones públicas), contribuyen a reducir los costes a los que se enfrentan las empresas al programar formación. Por ejemplo, la gestión y la impartición grupal de formación generan sinergias y puede ser de gran ayuda para aumentar la demanda de formación.
El establecimiento de redes y otras formas de colaboración permite a las empresas:
Además, un enfoque participativo en el desarrollo, la implementación y la evaluación de medidas de formación y adquisición de competencias permite el aprendizaje compartido, además de mejorar el aprendizaje y la construcción de capacidades dentro de las empresas.
Este módulo contiene medidas y buenas prácticas relacionadas con la colaboración y la cooperación con otras empresas y agentes del ecosistema de formación, tanto para gestionar como para impartir formación.
Por otro lado, es importante que esta cooperación no acabe resultando una mayor carga burocrática, sino un elemento positivo y dinamizador.
En España y Europa, se han promovido distintos modelos de colaboración entre empresas, ya sea a escala sectorial (empresas del mismo sector que comparten necesidades similares) o territorial (empresas de un mismo territorio independientemente del sector), así como alianzas con actores externos (asociaciones empresariales, sindicatos, centros de formación, administraciones públicas...).
Compartir recursos puede ayudar a mitigar algunos de los obstáculos a los que se enfrentan las pequeñas y medianas empresas y las micropymes cuando intentan programar la formación de manera independiente. En particular, permite alcanzar un tamaño y una cantidad de personas suficiente para que la gestión y la impartición de formación (así como otras actividades previas imprescindibles en el proceso, como la orientación, la detección de necesidades formativas o el diseño de contenidos formativos) sean viables, al reducir el coste por persona.
Estas redes de colaboración pueden ser:
Si bien muchas son de estas redes son sectoriales o de naturaleza territorial (local, comarcal, provincial...), otras pueden ir más allá de la dimensión territorial o de la especialización sectorial. En cualquier caso, el componente de cadena de valor es habitual e importante, ya que pone en común los objetivos y las necesidades de las empresas a lo largo de todo el proceso productivo.
En primer lugar, es recomendable que las pymes y microempresas entren en contacto con entidades de carácter supraempresarial, que tradicionalmente tienen una visión más amplia de la oferta formativa, por ejemplo, agentes sociales, como confederaciones de empresarios (a escala estatal o autonómica) o sindicatos, o bien asociaciones, fundaciones u otros organismos públicos y privados que publican informes y herramientas.
Estas entidades pueden ayudar a las pymes a identificar necesidades (a través de grupos de trabajo, comités de expertos, estudios...) y a diseñar planes formativos anticipándose a cambios del mercado laboral. Así pues, estar integrado en una red o asociación ofrece a la empresa información, representación de sus intereses y recursos compartidos para formación que, de forma independiente, serían difíciles de obtener.
Una opción para las pymes y micropymes que no pueden programar formación o elaborar planes de formación completos por sí solas es unirse con otras empresas en su misma situación, ya sea a escala sectorial o territorial.
En España, las empresas de menos de 100 trabajadores pueden agruparse con criterios territoriales o sectoriales con el objetivo de gestionar de forma conjunta y eficiente sus respectivos créditos de formación.
Esta cooperación permite alcanzar el número mínimo de personas participantes que a veces exige una acción formativa y reducir el coste por persona. De este modo, se logra que ninguna empresa se quede sin llevar a cabo formación por motivos organizativos.
Varias pequeñas empresas del sector de la alimentación en una comarca podrían agruparse para contratar un formador común e impartir juntas un curso de manipulación de alimentos o de normativa de etiquetado, y repartir así los gastos.
Estas agrupaciones deben ser gestionadas necesariamente por una entidad organizadora. Una entidad organizadora es una organización, empresa o institución que se encarga de planificar, coordinar y gestionar acciones formativas, como cursos o programas de capacitación en nombre de empresas u otras entidades, ocupándose de tareas como:
Puedes consultar el dossier “Entidades organizadoras” del Consorci per a la Formació Contínua de Catalunya aquí.
Las organizaciones sectoriales y territoriales (federaciones de empresas, agentes sociales, clústeres, cámaras de comercio...) suelen disponer de una visión más amplia de las tendencias y brechas de competencias en su ámbito. Así, pueden detectar necesidades formativas de una manera más eficaz y eficiente que si lo hiciera una empresa sola.
La federación empresarial del sector del metal elabora cada año un estudio de prospección y detección de necesidades formativas del sector, e identifica, por ejemplo, que hay brechas en impresión 3D y determinadas técnicas de soldadura.
Con ese diagnóstico general, se pueden proponer cursos sectoriales generales o hacer una difusión que permita a cada empresa elaborar o actualizar su plan de formación. De este modo, las pymes y micropymes pueden comparar sus propias necesidades formativas con las tendencias sectoriales para diseñar un plan formativo más completo y estratégico.
Además, el Informe General de Prospectiva 2023-2026 del Sistema de Formación y Cualificación Profesionales (FPCat) contiene información adicional sobre las necesidades a nivel sectorial. Puedes encontrar el informe completo aquí.
La elevada carga burocrática asociada a la formación programada es una de las barreras más señaladas por las pymes y micropymes en relación con el bajo uso de esta modalidad de formación profesional para el empleo.
En este contexto, es muy relevante la existencia de determinados actores (de carácter sectorial, territorial o empresarial) especializados en la gestión: hay empresas organizadoras de formación, asociaciones empresariales e incluso cámaras de comercio que ofrecen servicios de gestión integral de la formación.
Así, actúan como intermediarias entre la empresa y la entidad de formación o la Administración pública. Una vez que la pyme o micropyme tiene identificada la acción formativa que necesita, estos actores se encargan, por ejemplo, de toda la tramitación administrativa, de la documentación, de la búsqueda de proveedores...
De este modo, las pequeñas empresas y las microempresas pueden programar formación que, por falta de tiempo o conocimiento, sería muy costoso gestionar directamente. La colaboración con estos agentes aligera la carga administrativa a la empresa, lo que le permite enfocarse en los contenidos y no en la gestión.
A continuación, se muestran varios ejemplos de redes y programas relacionados con la colaboración y la cooperación entre empresas con participación del sector público.
El sector público puede apoyar estas redes mediante recursos financieros, organizativos o de aumento de capacidades, al margen de que la Administración pueda proveer determinados servicios directamente a las empresas.
Los Espacios de Mejora Continua del Consorci per a la Formació Contínua de Catalunya son espacios de debate y diálogo entre todos los agentes y personas implicadas en la formación profesional para el empleo dirigido a personas ocupadas.
A través de estos espacios se busca, a través de un proceso de escucha con todos los actores clave del sistema de formación (personas participantes, personas formadoras, entidades de formación y el propio Consorci) que permita recoger propuestas, demandas, comentarios e inquietudes sobre los temas propuestos.
Puedes encontrar el dossier informativo sobre la metodología de los Espacios de Mejora Continua aquí.
En Austria, a través del programa Impuls Training Networks (Implus- Qualifizierungs-Verbund), financiado por la Administración nacional y estatal, y gestionado a través de empresas de consultoría, se ofrecen servicios de apoyo a redes a través de las cuales las empresas pueden cooperar para proporcionar formación relevante para el puesto de trabajo a las personas trabajadoras de una manera rentable.
En particular, durante un tiempo limitado (diez días), se ofrecen servicios como el establecimiento de la red y de sus estructuras y procesos de trabajo, el apoyo para detectar necesidades formativas, el desarrollo de planes formativos o la solicitud de recursos financieros.
Puedes encontrar toda la información sobre el programa aquí.
En Irlanda, las redes de formación se promueven desde Skillnet, una agencia de apoyo a las empresas que promueve la formación continua con un enfoque que combina la perspectiva sectorial y regional. De esta manera, se complementan los programas tradicionales con formación personalizada y adaptada a los grupos de empresas.
El objetivo del programa es apoyar las acciones formativas llevadas a cabo por las empresas a través de cuatro ejes:
La financiación de la agencia es mixta, de la Administración y de las empresas, en el marco de propuestas planteadas por las propias redes. Estas deben desarrollar procesos de prospección y detección de necesidades formativas de las empresas miembro para obtener información sobre sus necesidades de competencias. Además, la formación que es obligatoria por ley (por ejemplo, relacionada con requisitos de salud o seguridad) no puede recibir financiación.
Puedes encontrar toda la información sobre el programa aquí.
Compartir recursos y gestionar e impartir la formación de manera grupal permite alcanzar mínimos de participantes y reducir el coste por persona.